Cuando decidimos añadir a la familia un nuevo miembro peludo, lo habitual es que nos acerquemos a algún refugio preguntando por los siempre adorables cachorros, pasando por cientos de jaulas donde perros mayores de un año esperan su oportunidad. Posiblemente nos entristezcamos pero sin plantearnos llevárnoslo a casa, porque un cachorro es más fácil de educar y se adaptará mejor a nuestra familia ¿no? … Rotundamente NO. Educar a un cachorro requiere de experiencia, tiempo y sobre todo mucha paciencia, cosa que no ocurrirá con la mayoría que ya ha alcanzado la madurez
Al adoptar un perro adulto ya no te llevarás sorpresas en cuanto al tamaño ni al carácter, a partir del año ambas cosas están definidas. Los adultos tienden a ser más tranquilos, ya han superado la etapa de destrucción y las circunstancias por las que han pasado los vuelven más obedientes y tremendamente agradecidos.
Los refugios son los primeros interesados en que la relación entre tu perro y tú funcione para evitar abandonos o devoluciones. Los voluntarios conocen perfectamente el carácter de cada animal y sabrán aconsejarte sobre el que mejor se adapte a ti y tu familia.
La mayoría de animales adultos que viven en refugios fueron adoptados de cachorros y posteriormente abandonados, por lo que han vivido en un hogar y entienden ciertas normas básicas, como hacer sus necesidades en la calle. Por supuesto tendrán que adaptarse a las nuevas circunstancias y entorno, pero será un proceso rápido.
Te entregarán el perro revisado, esterilizado, desparasitado y vacunado. La visita al veterinario será menos frecuente, solo para revisiones/vacunaciones anuales y enfermedades o accidentes puntuales que puedan surgir . Además de darle una nueva oportunidad a nuestro nuevo amigo, estaremos salvando la vida de otro, ya que ese hueco podrá ser ocupado por algún callejerito que no podía ser recogido por falta de espacio