Fotos de irresistibles cachorros huérfanos que circulan cada día por la red, la camada de minúsculos gatitos de la vecina en busca de hogar, nuestro hijo lloroso en el escaparate de una tienda, desde donde nos mira un simpático y peludo conejito. La mayoría de las veces es difícil no caer en la tentación, y nos encontramos de golpe con una criaturilla en casa sin saber si realmente vamos a poder atenderlo.
Según la fundación Affinity, alrededor de 109.000 perros y 36.000 gatos son abandonados cada año, sin hablar de los animales exóticos, que no tienen mejor suerte. Hurones, conejos, cobayas y tortugas son las especies más afectadas. Esta descorazonadora situación podría evitarse si antes de adquirir un animal, nos tomamos un tiempo de reflexión acerca de algunas cuestiones básicas: – El tiempo, algo tan codiciado en esta época de estrés en la que vivimos. Trabajar, ocuparnos de la casa, los niños… a veces el simple hecho de tumbarnos en el sofá con el mando de la tele se convierte en todo un lujo. Un animal no solo requiere una pequeña parte del día para mantener aseada su cama, jaula, arenero, o proporcionarle su porción de comida. Son seres sociables que necesitan de nuestra compañía, atención y cariño. – Los pelos. Da igual cuantas veces aspires tu casa, y cuantas precauciones tomes, como fundas de sofá, mantas o técnicas como vestirte en el último momento en la entrada de casa. La mayoría de animales requerirá que aceptes los pelos como algo habitual en tu día a día, y que la ropa oscura se quede al fondo del armario para momentos muy puntuales. El rodillo antipelusas será tu mejor aliado. – Los destrozos son algo con lo que tendremos que convivir, al menos, en algún momento. Es muy habitual que a pesar de comprarle un precioso y carísimo rascador, nuestro gato prefiera usar el mullido sofá para afilar sus uñas, o que la puerta de la sala se convierta en un objeto irresistible para los dientes de nuestro conejo. Por no hablar de los hurones y su fascinación por masticar objetos. En elcaso de los perros, sobre todo cachorros, cualquier objeto suele ser considerado un juguete, desde las zapatillas de casa hasta el mando de la tele. – Los costes de mantener un animal pueden ser desde elevados a casi prohibitivos, ya no solo dependiendo de su tamaño, que en el caso de los perros puede suponer una diferencia bastante significativa, sinoteniendo en cuenta que, al igual que nosotros, pueden sufrir accidentes o contraer enfermedades, y recordemos que por el momento ellos no tienen Seguridad Social que cubra los elevadísimos gastos queello puede suponer. Incluso en el hipotético caso en el que nuestro amigo no se enfermase durante toda su vida, hay ciertos gastos que inevitablemente tendremos que asumir: Desparasitaciones, vacunas,microchip, revisiones anuales y comida, entre otros – Vacaciones o viajes de negocios: Incluso la persona más casera tiene, en algún momento de su vida, que ausentarse por algunos días. Deberíamos de tener ya de antemano un plan para nuestro pequeño amigo. Algún familiar o amigo está dispuesto a atenderlo? En caso contrario, podemos costearnos un hotel para mascotas? O lo ideal… estamos dispuestos a modificar el medio de transporte y/o el alojamiento para que pueda acompañarnos? Si llegado hasta aquí sigues pensando en adoptar… ENHORABUENA! Compartir tu vida con un compañero animal es una experiencia increíble, que seguro compensará con creces sus posibles inconvenientes. Solo permíteme un último consejo, considera visitar un refugio donde miles de animales abandonados están esperando una segunda oportunidad. Darle hogar a un amigo necesitado te aportará una satisfacción extra indescriptible, recibirás la fidelidad y cariño incondicional de un animal agradecido.